Ante el vacío existencial de contemplar que nada de semejante naturaleza existe en nosotros, sentimos la angustia de no saber quiénes somos y en consecuencia no saber lo que querer, y acabamos echándonos en brazos de los deseos del resto.
Horas y horas en el gimnasio levantando pesas, corriendo en la cinta y mirándose al espejo, una musculatura bien definida, la famosa tableta de chocolate por la que la mayor parte de las mujeres se derriten por hincarle el diente.
Si lo hace ella puede meditar que es presuntuoso y oportunista. Sea inteligente, hable de sus éxitos o planes para el futuro sin dar muchos detalles, recuerde que debe despertar su interés, no darle las respuestas.
En los pabellones militares donde vivíamos, en espera de que le fuera asignado un destino a mi padre, había una biblioteca. En la biblioteca, aprendí lo que una niña puede aprender de sexo, antes de que llegara mi primera regla, antes de que mi padre me adquiriera las primeras compresas.
Lo más llamativo de todo es que estos sentimientos de desamparo que digerimos internamente, probablemente los ha debido tener nuestra pareja también, por lo menos las mismas veces. ¿Te habías parado a proponerte esto alguna vez?
Tu tarea es identificar la razón genuina por la cual la mujer que pretendes actúa en la forma en que lo está haciendo, porque es un indicio claro de una cosa: Le agradas, o bien como puede ser asimismo que número Así que es muy importante que lo descubras.
Nos fuimos un viernes, había que aprovechar al máximo el puente, esto era para octubre, en Madrid hacia fresquete, mas amigas….. , en Huesca hacia un frio…… aquí pasaría el frio más grande de mi vida, y no solo , sino Des, Ingles, que sabía bien lo que era frio.
El compromiso no se sujeta a metas, pues las metas existen de forma natural debido a la vida siendo consciente de la relación de pareja. El compromiso del uno con el otro es por amor no por inmadurez o bien susceptibilidad.
No perdía de vista este recuadro de la misteriosa casa eterna, la vieja casona de inexplicable perfección, latiendo tal y como si esta estuviera viva, como si en todo instante amenazara en salirse de ese cuadro sencillamente como traspasando una ventana.
Es indiscutible que los hombres y las mujeres somos diferentes. A pesar de nuestras similitudes en muchos casos, la realidad es que somos diferentes. Desde nuestra fisonomía hasta nuestra manera de meditar, de procesar las situaciones, de encararlas, todo difiere entre hombres y mujeres.
